Los traficantes de drogas juegan juegos creativos al escondite con los guardacostas y otro personal de seguridad marítima.El capitán naval mexicano Rubén Navarrete, radicado en el occidental estado de Michoacán, dijo a TV Noticias en noviembre pasado que quienes se especializan en actividades marítimas sólo pueden estar limitados por una cosa: su propia imaginación..La reciente serie de incautaciones demostró su punto, porque los traficantes se están volviendo cada vez más creativos y tienen lugares escondidos encima y debajo de la cubierta.“InSight Crime” explora algunas de las formas más populares y creativas de esconderse en barcos a lo largo de los años, y cómo esta forma continúa evolucionando.
En algunos casos, los medicamentos se guardan en el mismo compartimento que el ancla y pocas personas pueden entrar.En 2019, informes de los medios compartieron cómo casi 15 kilogramos de cocaína estaban escondidos en la Caldera de Puerto Rico en República Dominicana y escondidos en la cabina del ancla del barco.
Por lo demás, una vez el barco llega al punto de llegada se han utilizado anclas para facilitar la entrega de la droga.En 2017, las autoridades españolas anunciaron que más de una tonelada de cocaína habían sido incautadas en alta mar a un barco de bandera venezolana.El Departamento del Interior de EE.UU. detalló cómo los agentes del orden observaron alrededor de 40 paquetes sospechosos en el barco, que estaban conectados por cuerdas y fijados a dos anclas.
Según los informes, esto se hace para que la tripulación pueda arrojar carga ilegal al mar en el menor tiempo posible para evitar ser detectados.Las autoridades observaron cómo dos de los tripulantes lograron alcanzar este objetivo antes de reunirse con los otros cuatro a bordo.
El uso de anclas en el tráfico de drogas se basa en el pragmatismo y suele atraer a contrabandistas que planean contrabandear transporte marítimo.
Una de las formas más comunes en que los traficantes intentan contrabandear drogas al extranjero es ocultando sustancias ilegales en suministros que generalmente se encuentran en la bodega de carga principal o en el casco de un barco.La cocaína suele transportarse al Atlántico utilizando tecnología de “gancho ciego”, lo que significa que los contrabandistas a menudo intentan esconder la droga en contenedores que han sido inspeccionados por funcionarios de aduanas.
Como informó InSight Crime el año pasado, en este sentido, el transporte de chatarra ha causado grandes problemas a las autoridades, porque cuando el escáner está escondido en una gran cantidad de desechos, el escáner no puede extraer una pequeña cantidad de medicamento.Del mismo modo, a las autoridades les resultó más difícil desplegar perros rastreadores para detectar drogas en esta situación, porque los animales pueden resultar heridos mientras realizan sus tareas.
De lo contrario, las sustancias ilegales suelen introducirse de contrabando en los alimentos.El pasado mes de octubre, la Guardia Nacional española anunció que había incautado más de 1 tonelada de cocaína en alta mar.Según trascendió, las autoridades encontraron la droga entre bolsas de maíz en un barco que viajaba desde Brasil con destino a la provincia española de Cádiz.
A finales de 2019, las autoridades italianas habían encontrado casi 1,3 toneladas de cocaína en un contenedor refrigerado que contenía plátanos, procedentes de América del Sur.A principios del año anterior, se incautó una droga sin precedentes en el puerto de Livorno, en el país, y se encontró media tonelada de droga escondida en un contenedor que parecía ser café de Honduras.
En vista del uso generalizado de esta tecnología, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha cooperado con la Organización Mundial de Aduanas (Organización de Aduanas) para implementar un programa global de control de contenedores para combatir este esfuerzo.
Previamente, se incautó droga entre los efectos personales del capitán.Estos intentos rara vez quedan expuestos y requieren una corrupción grave en nombre del capitán o de la tripulación para funcionar con eficacia.
Según informes de los medios, el año pasado, las fuerzas navales uruguayas incautaron cinco kilogramos de cocaína en la cabina delantera de un barco de bandera china, que llegó a Montevideo procedente de Brasil.Subrayado reveló cómo el propio capitán condenó el hallazgo de esta carga ilegal.
Por otro lado, Última Hora citó a la Fiscalía General de la República informando que en 2018 las autoridades paraguayas detuvieron al capitán del barco tras ser acusado de contrabando de drogas en sus pertenencias personales.Según los informes, las autoridades han incautado 150 kilogramos de cocaína en el puerto de Asunción, en el país, y la droga está a punto de ser enviada a Europa bajo el nombre de un “famoso traficante” que presuntamente trabaja en una organización criminal paraguaya.
Otro posible escondite para los traficantes que buscan exportar mercancías ilegales es cerca de la embudo de un barco determinado.Esto es muy raro, pero se sabe que sucede.
Los archivos de El Tiempo indican que hace más de dos décadas, en 1996, las autoridades descubrieron que cocaína estaba escondida en barcos pertenecientes a las Fuerzas Armadas del Perú.Luego de una serie de incautaciones relacionadas, cerca de 30 kilogramos de cocaína fueron encontrados en una cabina cerca de la embudo de un barco de la Armada anclado a tres millas del puerto de Lima, en el Callao.Unos días más tarde, según informes, se encontraron otros 25 kilogramos de droga en la cabina del mismo barco.
Teniendo en cuenta las incautaciones denunciadas, el escondite rara vez se utilizó.Esto puede deberse a la dificultad de los contrabandistas para acercarse a la chimenea del barco sin ser descubiertos, y a la dificultad de esconder aquí un grupo específico de sustancias ilegales.
Debido a las actividades de contrabando debajo de la cubierta de contrabando, los traficantes han estado escondiendo drogas en los respiraderos a lo largo del casco.
En 2019, InSight Crime informó que una red de tráfico liderada por Colombia había enviado cocaína desde los puertos de Pisco y Chimbote, Perú, a Europa, principalmente contratando buzos para soldar paquetes de droga sellados en las rejillas de ventilación del casco.Según los informes, cada barco contrabandeó 600 kilogramos sin que la tripulación lo supiera.
EFE informó que en septiembre de ese año, las autoridades españolas incautaron más de 50 kilogramos de cocaína escondidos en la parte sumergida de un buque mercante tras llegar a Gran Canaria procedente de Brasil.Según informes de los medios, los funcionarios detallaron cómo se encontraron algunas cargas ilegales en los respiraderos orientables debajo de la cubierta.
Unos meses después, en diciembre de 2019, la policía ecuatoriana reveló cómo buzos encontraron más de 300 kilogramos de cocaína escondidos en las rejillas de ventilación de barcos en el mar.Según las autoridades, la cocaína se contrabandeaba hacia México y la República Dominicana antes de ser incautada.
Cuando las drogas se esconden debajo de la cubierta, aunque normalmente se necesitan buzos por conveniencia, las rejillas de ventilación del barco pueden ser uno de los escondites más utilizados por los traficantes.
Los delincuentes se han alojado bajo cubierta, utilizando la entrada de agua para esconder drogas y facilitar el tráfico.Aunque este escondite es menos común que los favoritos tradicionales, una compleja red ha trabajado con buzos para almacenar bolsas de sustancias ilegales en dichas válvulas.
En agosto del año pasado, los medios informaron cómo las autoridades chilenas detuvieron a 15 presuntos delincuentes (incluidos ciudadanos chilenos, peruanos y venezolanos) por transportar drogas desde Perú a Antofagasta, en el norte del país, y su capital, en el oeste., San Diego.Según trascendió, la organización habría escondido droga en la ensenada de un buque mercante de bandera peruana.
Según trascendió, la toma de agua del barco habría sido utilizada, por lo que cuando el barco pasa por la ciudad portuaria norteña de Megillons, en Chile, un buzo que forma parte de la red ilegal puede extraer un paquete de droga oculto.Los medios locales indicaron que el buzo había llegado a la embarcación en una embarcación equipada con un motor eléctrico, y el motor eléctrico hacía muy poco ruido para evitar ser detectado.Según trascendió, cuando la organización fue desmantelada, las autoridades incautaron drogas por valor de 1.700 millones de pesos (más de 2,3 millones de dólares), entre ellos 20 kilogramos de cocaína, más de 180 kilogramos de marihuana y pequeñas cantidades de ketamina, psicodélicos y éxtasis.
Este método es más complicado que simplemente esconder las drogas en un contenedor en el casco, porque normalmente requiere que una persona confiable en el otro extremo bucee y recoja los paquetes secretos, evitando al mismo tiempo a las autoridades marítimas.
Un método cada vez más popular utilizado por los traficantes es esconder las drogas debajo de la cubierta, en el barco o en el casco estanco adjunto al barco.Los grupos criminales suelen contratar buzos para facilitar dichas operaciones.
En 2019, InSight Crime compartió cómo los cascos se utilizan cada vez más para promover el tráfico de drogas, especialmente los contrabandistas que utilizan barcos que desembarcan de Ecuador y Perú para traficar.El grupo criminal ha dominado cómo transportar drogas en el casco del barco, lo que hace que las sustancias ilegales sean casi imposibles de detectar mediante procedimientos de inspección estándar.
Sin embargo, los funcionarios han estado luchando contra este astuto intento.En 2018, la Armada de Chile detalló cómo las autoridades detuvieron a miembros de una banda que contrabandeaba drogas en el casco de un barco desde Colombia hacia el país.Tras atracar en Colombia, luego de que un barco que había desembarcado de Taiwán arribara al puerto chileno de San Antonio, las autoridades incautaron más de 350 kilogramos de marihuana “espeluznante”.En el puerto, cuando la policía marítima intentaba entregar siete paquetes de droga desde el casco a un pesquero conducido por dos chilenos, interceptó a tres buzos colombianos.
En noviembre del año pasado, “TV News” entrevistó a un buzo naval en Lázaro Cárdenas, Michoacán, México.Afirmó que este método pone en riesgo a las autoridades y que en algunos casos buzos capacitados buscan sustancias ilegales en aguas llenas de cocodrilos.
Aunque tal vez estemos más acostumbrados a ver drogas escondidas en los tanques de combustible de los automóviles, los contrabandistas en los barcos copiaron esta estrategia.
En abril del año pasado, el periódico Trinidad and Tobago Guardian informó cómo la guardia costera de la nación isleña interceptó un barco que transportaba cocaína por valor de unos 160 millones de dólares.Fuentes informadas en los medios revelaron que los funcionarios encontraron 400 kilogramos de droga en el tanque de combustible del barco y agregaron que tuvieron que realizar una “búsqueda destructiva” para llegar a la cocaína porque el escondite estaba herméticamente sellado en un contenedor hermético.En el material impermeable.
Según Diario Libre, en menor escala, ya en 2015, las autoridades de República Dominicana incautaron cerca de 80 paquetes de cocaína en barcos que se dirigían a Puerto Rico.La droga fue encontrada esparcida en seis cubos en el compartimento del tanque de combustible del barco.
Este método está lejos de ser el más común utilizado por los contrabandistas marítimos y su complejidad varía de una situación a otra.Sin embargo, con la capacidad de contener de todo, desde cubos llenos de medicinas hasta paquetes ilegales envueltos en materiales impermeables, los tanques de combustible de los barcos no deben descartarse como lugares ocultos.
El llamado “método torpedo” es muy popular entre los contrabandistas.Los grupos criminales han estado llenando tuberías temporales (también conocidas como “torpedos”) con drogas y usando cuerdas para atar dichos contenedores al fondo del casco, de modo que si las autoridades se acercan demasiado, puedan cortar la carga ilegal en alta mar.
En 2018, la policía colombiana encontró 40 kilogramos de cocaína en un torpedo sellado adherido a un barco con destino a los Países Bajos.La policía informó detalladamente del comunicado de prensa sobre la incautación, explicando cómo los buzos utilizaron el sistema de drenaje del barco para enganchar dichos contenedores antes del viaje transatlántico de 20 días.
Hace dos años, InSight Crime informó cómo este método fue ampliamente adoptado por los traficantes colombianos.
En 2015, las autoridades del país arrestaron a 14 sospechosos de contrabando de drogas en bandas que contenían drogas en cilindros de acero en el casco del barco.Según El Gerardo, para facilitar las operaciones de la organización, buzos ilegales (uno de los cuales estaría en contacto con la Armada) atornillaron el contenedor a la aleta estabilizadora del barco.El medio agregó que los cilindros de gas fueron fabricados por un experto en procesamiento de metales, quien además los cubrió con fibra de vidrio.
Sin embargo, el torpedo no sólo estaba atado a un barco que navegaba desde Colombia.Ya en 2011, InSight Crime informó cómo la policía peruana encontró más de 100 kilogramos de cocaína en un torpedo temporal colocado en el fondo de un barco en el puerto de Lima.
El método de los torpedos es complejo y suele requerir la intervención de profesionales, desde buzos capacitados hasta trabajadores del metal que fabrican contenedores.Sin embargo, esta tecnología se ha vuelto cada vez más popular entre los traficantes, que esperan minimizar el riesgo de involucrarse con mercancías ilegales en alta mar.
Las drogas suelen estar escondidas en habitaciones limitadas a equipos específicos.En este caso, suelen estar involucrados aquellos con conocimiento interno.
En 2014, la policía ecuatoriana incautó más de 20 kilogramos de cocaína en un barco que llegaba al puerto de Manta, en el país, procedente de Singapur.Según las dependencias pertinentes, la droga fue encontrada en la sala de máquinas del barco y estaba dividida en dos bultos: una maleta y una funda de yute.
Según El Gerardo, tres años después, las autoridades habrían encontrado casi 90 kilogramos de cocaína en la cabina de un barco atracado en Palermo, Colombia.Según informes de los medios, esta carga eventualmente fluirá hacia Brasil.Pero antes de que el barco desembarcara, el aviso guió a las autoridades a encontrar drogas en uno de los lugares más restringidos del barco.
Hace unos veinte años, más de 26 kilogramos de cocaína y heroína fueron encontrados en la cabina de un buque escuela de la Armada de Colombia.En su momento, medios informaron que estas drogas podrían estar vinculadas con las autodefensas de Cúcuta.
Aunque esta habitación confinada se ha utilizado para ocultar pequeñas cantidades de drogas, está lejos de ser un lugar popular de contrabando, especialmente en ausencia de algún tipo de información privilegiada.
Como todos sabemos, en una medida particularmente creativa, los traficantes esconden drogas debajo de vehículos marítimos.
El 8 de diciembre del año pasado, la Patrulla Fronteriza y de Aduanas de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) compartió cómo buzos de la policía en el Puerto de San Juan, Puerto Rico, encontraron casi 40 kilogramos de cocaína en dos redes marinas debajo de una hélice marina, por un valor aproximado de 1 millón de dólares.
Roberto Vaquero, subdirector de operaciones de campo para la seguridad fronteriza de Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos, dijo que los contrabandistas han estado utilizando “métodos muy creativos para ocultar sus drogas ilegales en la cadena de suministro internacional”.
Aunque el método de transferencia de carga ilícita que utilizan los contrabandistas menos denunciado se realiza utilizando la hélice del barco, este es quizás uno de los más innovadores.
El almacén de velas del barco está fuera del alcance de la mayoría de las personas, pero los traficantes han encontrado una manera de aprovecharlo.
En el pasado, los buques escuela navales utilizaban un espacio restringido para convertirse en un centro de tránsito móvil para las drogas.Durante el viaje transatlántico se han utilizado salas de almacenamiento de gran tamaño para ocultar carga ilegal.
El País informó que en agosto de 2014, un buque escuela de la Armada española regresó a casa después de un viaje de seis meses.Las autoridades incautaron 127 kg de cocaína del almacén donde se guardaban las velas plegables.Según los medios, pocas personas pueden ingresar a este espacio.
Durante el viaje, el barco se detuvo en Cartagena, Colombia, y luego se detuvo en Nueva York.El País dijo que tres de sus tripulantes fueron acusados de vender drogas a traficantes en el estado estadounidense.
Esta situación es poco común y generalmente depende de la participación directa de funcionarios corruptos o de las propias fuerzas armadas.
Los traficantes han estado utilizando mosquiteros colocados en los barcos para su beneficio, principalmente al llevar drogas a bordo.
En junio de 2019, los informes de los medios mostraron cómo los traficantes contrabandeaban más de 16,5 toneladas de cocaína en buques de carga después de la depresión de las drogas de miles de millones de dólares en Filadelfia, Estados Unidos.Según los informes, el segundo compañero del barco dijo a los investigadores que vio redes cerca de la grúa del barco, que contenían bolsas que contenían bolsas de cocaína, y admitió que él y otras cuatro personas habían levantado las bolsas en el barco y las habían cargado en un contenedor. , él fue arrestado.El capitán tiene garantizado un salario de 50.000 dólares estadounidenses.
Esta estrategia se ha utilizado para promover la popular tecnología “gancho ciego”.
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Hora de publicación: 02-mar-2021